Aspecto social:
Tras la serie de problemas económicos que tuvo la empresa a lo largo de los años por diferentes factores, en 1976 se consolida el proceso de integración con SIDERMEX, pasando a ser una empresa nacionalizada. Ahora, además de los problemas económicos con los que tenia que lidiar la empresa, también tuvo que lidiar con el levantamiento de los grupos sindicalistas de la industria minera y metalúrgica. Estos Sindicatos reclamaban mayores prestaciones y aumentos que no se justificaban con sus labores. A pesar de los esfuerzos del Estado, éste no tuvo la capacidad de lidiar con los problemas que existían. Finalmente, sin poder hacer más, el 10 de mayo de 1986, la Fundidora Monterrey es declarada en quiebra, argumentando tener problemas financieros de productividad.
Tras la serie de problemas económicos que tuvo la empresa a lo largo de los años por diferentes factores, en 1976 se consolida el proceso de integración con SIDERMEX, pasando a ser una empresa nacionalizada. Ahora, además de los problemas económicos con los que tenia que lidiar la empresa, también tuvo que lidiar con el levantamiento de los grupos sindicalistas de la industria minera y metalúrgica. Estos Sindicatos reclamaban mayores prestaciones y aumentos que no se justificaban con sus labores. A pesar de los esfuerzos del Estado, éste no tuvo la capacidad de lidiar con los problemas que existían. Finalmente, sin poder hacer más, el 10 de mayo de 1986, la Fundidora Monterrey es declarada en quiebra, argumentando tener problemas financieros de productividad.
Miles de obreros perdieron su empleo, salieron a las calles a protestar durante meses, pero la empresa ya había cerrado.
20 años después de haber cerrado la plata, algunos de los 15 mil trabajadores que quedaron sin trabajo, aún reclaman una liquidación que el Gobierno federal les había prometido al momento del cierre y no ha cumplido hasta la fecha. Esta liquidación era por el equivalente a un año y nueve meses de trabajo.
Si bien el cumplimiento de esta promesa por parte del estado va mas allá del ámbito legal, ya que no existen documentos legales que lo obliguen a cumplir con esta obligación, los ex trabajadores siguen demandando el cumplimiento de dicha promesa por parte del estado.
En la actualidad, las 114 hectáreas que pertenecieron a la empresa, hoy son un espacio con el cual lucran grandes empresas consorcios privados, mientras que los ex trabajadores han demandado, sin éxito, tres hectáreas para construir un museo en memoria de sus muertos y su esfuerzo.
Así mismo, se reciben ingresos por parte de estas empresas privadas los cuales son parte de fondos destinados para pagas su gasto corriente, obras para mejorar el Parque de la Fundidora, remodelación de las oficinas generales, construcción de jardines, construcción del museo de la ciencia y de la industria, una moderna arena y un hotel.
El tema ético, en este caso vendría por el lado de que el estado tiene la responsabilidad moral de destinar estos ingresos, recibidos por las empresas privadas, para pagar una supuesta obligación, la cual no está amparada por la Ley pero ayudaría a todos aquellos obreros que trabajaron en algún momento y ahora son subempleados.
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