1. El poder y la influencia de los negocios en la sociedad es más grande que nunca.
Luego de que la empresa Fundidora Monterrey pasó de manos extranjeras a manos nacionales, para ser específicos a manos del Estado, la situación se tornó más difícil, pues era el mismo Estado quien la administraba. Por obvias razones, al Estado no le convenía cerrar una de sus fábricas más grandes, por lo que se cubrieron ciertas irregularidades en las cifras que reportaba la empresa con relación a sus ventas. Gracias a esto, los empleados pensaban que la empresa iba muy bien, cuando la realidad era todo lo opuesto. Cuando la fábrica se declaró en quiebra y cerró inesperadamente, el Estado no dio explicaciones, lo cual dejó a miles de trabajadores sin empleo, perjudicó indirectamente a negocios que comercializaban los productos de la fábrica, a los proveedores, etc. Fue tal el efecto negativo que tuvo en toda la sociedad, que hubieron muchos suicidios.
2. Se necesitan mejores herramientas para comprender cómo responder a las expectativas de los stakeholders.
Definitivamente, los directivos de la empresa tomaron la decisión de cerrar la Fábrica teniendo en cuenta las cuantiosas pérdidas que estaba significando para los accionistas mayoritarios. En otras palabras, la variable principal en la decisión estaba representada por las pérdidas millonarias, lo cual indica que sólo se preocuparon en responder ante las expectativas de su “único” stakeholder: los directivos y accionistas. Se puede notar con claridad que la empresa no tenía bien definidos todos sus grupos de interés, pues los principales afectados fueron los 15, 000 trabajadores que se quedaron sin empleo de la noche a la mañana.
3. Las malas prácticas de negocios tienen el potencial de infligir un enorme daño en las personas, comunidades y el medio ambiente.
Es importante mencionar que dentro de los stakeholders más afectados se encuentran las personas y la comunidad. La empresa no supo crear un nexo que vinculara sus decisiones con las repercusiones que tendría en todos sus grupos de interés. Es decir, cuando la empresa tomo la decisión de iniciar su último plan de expansión, consideró únicamente los beneficios económicos que tendría la empresa con el aumento te la productividad, mas no consideró los daños que podría causar con las emanaciones de gases y partículas tóxicas al ambiente. Esta contaminación se dio por la adquisición de nueva maquinaria que estaba llenando de un polvo tóxico a las comunidades aledañas. Bajo este contexto, el medio ambiente se estaba contaminando, las personas no se sentían a gusto, sus propiedades empezaron a devaluarse por la “suciedad” causada por el polvo, etc.
4. Pocos hombres de negocios han recibido entrenamiento en ética para los negocios.
El caso de la Fundidora Monterrey es un claro ejemplo de que cualquier persona que pueda lograr los objetivos lucrativos de una Compañía, puede dirigirla. Muy pocas personas están capacitadas en el tema de la Ética para los negocios. Este es un hecho preocupante, pues las empresas no sólo están integradas por los directivos, accionistas y trabajadores; sino también por la comunidad, los proveedores, clientes, etc. Cabe resaltar que el caso de la Fundidora Monterrey se dio entre 1900 – 1986, época en la cual no se le daba la debida importancia a temas como este. En la actualidad son cada vez más las empresas que se preocupan por tener una buena responsabilidad social y ambiental.
Luego de que la empresa Fundidora Monterrey pasó de manos extranjeras a manos nacionales, para ser específicos a manos del Estado, la situación se tornó más difícil, pues era el mismo Estado quien la administraba. Por obvias razones, al Estado no le convenía cerrar una de sus fábricas más grandes, por lo que se cubrieron ciertas irregularidades en las cifras que reportaba la empresa con relación a sus ventas. Gracias a esto, los empleados pensaban que la empresa iba muy bien, cuando la realidad era todo lo opuesto. Cuando la fábrica se declaró en quiebra y cerró inesperadamente, el Estado no dio explicaciones, lo cual dejó a miles de trabajadores sin empleo, perjudicó indirectamente a negocios que comercializaban los productos de la fábrica, a los proveedores, etc. Fue tal el efecto negativo que tuvo en toda la sociedad, que hubieron muchos suicidios.
2. Se necesitan mejores herramientas para comprender cómo responder a las expectativas de los stakeholders.
Definitivamente, los directivos de la empresa tomaron la decisión de cerrar la Fábrica teniendo en cuenta las cuantiosas pérdidas que estaba significando para los accionistas mayoritarios. En otras palabras, la variable principal en la decisión estaba representada por las pérdidas millonarias, lo cual indica que sólo se preocuparon en responder ante las expectativas de su “único” stakeholder: los directivos y accionistas. Se puede notar con claridad que la empresa no tenía bien definidos todos sus grupos de interés, pues los principales afectados fueron los 15, 000 trabajadores que se quedaron sin empleo de la noche a la mañana.
3. Las malas prácticas de negocios tienen el potencial de infligir un enorme daño en las personas, comunidades y el medio ambiente.
Es importante mencionar que dentro de los stakeholders más afectados se encuentran las personas y la comunidad. La empresa no supo crear un nexo que vinculara sus decisiones con las repercusiones que tendría en todos sus grupos de interés. Es decir, cuando la empresa tomo la decisión de iniciar su último plan de expansión, consideró únicamente los beneficios económicos que tendría la empresa con el aumento te la productividad, mas no consideró los daños que podría causar con las emanaciones de gases y partículas tóxicas al ambiente. Esta contaminación se dio por la adquisición de nueva maquinaria que estaba llenando de un polvo tóxico a las comunidades aledañas. Bajo este contexto, el medio ambiente se estaba contaminando, las personas no se sentían a gusto, sus propiedades empezaron a devaluarse por la “suciedad” causada por el polvo, etc.
4. Pocos hombres de negocios han recibido entrenamiento en ética para los negocios.
El caso de la Fundidora Monterrey es un claro ejemplo de que cualquier persona que pueda lograr los objetivos lucrativos de una Compañía, puede dirigirla. Muy pocas personas están capacitadas en el tema de la Ética para los negocios. Este es un hecho preocupante, pues las empresas no sólo están integradas por los directivos, accionistas y trabajadores; sino también por la comunidad, los proveedores, clientes, etc. Cabe resaltar que el caso de la Fundidora Monterrey se dio entre 1900 – 1986, época en la cual no se le daba la debida importancia a temas como este. En la actualidad son cada vez más las empresas que se preocupan por tener una buena responsabilidad social y ambiental.
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